Las matrículas acrílicas, también conocidas como ‘ecomatrículas’ o ‘ecoplacas’, son elegidas por los conductores por encima de las metálicas de toda la vida. Esto es porque las acrílicas tienen puntos muy favorables que las convencionales no tienen. Por ello su uso cada vez está más extendido.
Puede que en muchos sitios de Internet nombren a éstas como matriculas de plástico o de metacrilato, pero no te asustes… son todas las mismas.
¿Por qué nos gustan?
• Las matrículas acrílicas son muy resistentes a los rayos del sol, es decir, es muy difícil que los números y letras desaparezcan como ocurre con las matrículas de metal. Esto es gracias al material con el que se fabrican: policarbonato sometido a un tratamiento resistente a la acción de los rayos ultravioletas.
• Su composición es flexible, de manera que no se parten ni se doblan por culpa de los golpes.
• Al ser plásticas, las matrículas acrílicas se limpian mucho mejor que las metálicas. Además, no tienen relieve lo que facilita la limpieza de los restos de mosquitos y otros insectos que impactan sobre ella.
• Por último y no menos importante, estas matrículas no cortan, por lo tanto, son más seguras si ocurre el caso de colisionar con un peatón o un ciclista.
¿Dónde puedo conseguirlas?
Hoy en día, puedes hacerte con unas de ellas en la mayoría de los talleres, en tiendas especializadas, concesionarios o en páginas web… Aunque debes tener cuidado y fijarte bien a la hora de comprarlas para no adquirir una matrícula ilegal.
Para no tener problemas, asegúrate de que la placa lleve una referencia en el lateral y, sobre todo, solicita el certificado que acredita que cumplen la homologación exigida por el Ministerio de Industria.
El número de referencia que aparece en la placa debe ser el mismo que se refleja en el certificado.
HAZLO TÚ MISMO
Si lo tuyo son las manualidades puedes probar a cambiar la matrícula tu mismo. Este proceso es fácil y, además, te ahorras un dinerillo que deberías pagar por la mano de obra. Para ello solo necesitas unas tijeras, pegamento en forma de cinta de doble cara (te recomendamos el pegamento de la marca Ceys Montack, ya que proporciona una fijación de alta resistencia) y un destornillador de estrella o plano.
Te mostramos 5 sencillos pasos para hacerlo:
1. Quitamos las tapas de la matricula ayudándonos del destornillador haciendo palanca.
2. Destornillamos la matrícula anterior.
3. Limpiamos bien la zona de polvo y pegamento antiguo.
4. Ponemos la matrícula bocabajo y vamos colocando la cinta de doble cara de mamera vertical sobre la superficie de la matrícula. Te aconsejamos que se coloque verticalmente ya que al hacerlo de manera horizontal, el agua que entre de la lluvia por la parte superior de la matrícula podría estancarse en la primera línea de pegamento e ir despegándola con el paso del tiempo.
5. Con ayuda de un metro y un lápiz, haz pequeñas marcas para conseguir que la matricula este totalmente alineada.
6. Pegalá bien con la ayuda de las manos para que la fijación sea la correcta.
Si prefieres ver un vídeo explicativo, te recomendamos que veas el vídeo que te ponemos a continuación: